Biodiversidad: indispensable para el crecimiento sostenible
Proteger y restaurar los ecosistemas es vital para nuestra prosperidad a largo plazo. Es más, el capital natural es un área con alto potencial de inversión innovadora.
Desde hace mucho tiempo, los fruticultores y viticultores del valle del Ródano son conscientes de que los ecosistemas y la biodiversidad son la columna vertebral de su economía. Necesitan agua pura, y eso los ha convertido en grandes defensores de la protección de la naturaleza. Alain Chabrolle, vicepresidente del Consejo Regional de Ródano-Alpes, explicó que su región ha encargado un estudio para evaluar los servicios ecosistémicos, y que invierte en proyectos que benefician tanto al entorno como a la economía.
UE (Unión Europea) tiene verdadero potencial de liderazgo.
La región de Zelanda, en los Países Bajos, está utilizando técnicas de acuicultura que aportan soluciones sostenibles; desde la recogida magnética de semillas de mejillón hasta la cría de lenguados en ciclo cerrado. «Para cerrar la brecha que separa a las empresas de los grupos de presión conservacionistas se necesita confianza, e incluir a la ciudadanía», afirmó Milos Labovic, del gobierno provincial. «No basta con dar información: hay que involucrarse en un diálogo real».
El desafío radica en cómo aumentar la escala de esos planteamientos. Justin Adams, de Nature Conservancy, una organización estadounidense dedicada a la conservación del medio ambiente que ha protegido 50 millones de hectáreas en todo el mundo en los últimos sesenta años, aboga por un planteamiento «paisajístico» de la gestión del suelo, a la hora de decidir dónde se instalan infraestructuras o qué tierras se cultivan. «Hace millones de años, la naturaleza inventó una forma extraordinaria de fijar el carbono: los árboles y el suelo, que almacenan cantidades equivalentes a muchas veces nuestras emisiones anuales. La reforestación aportaría múltiples beneficios a la sociedad, además de almacenar y fijar carbono, y crear millones de empleos», dijo.
Favorecer las inversiones en el capital natural
Otro de los focos de atención fueron las oportunidades de inversión para el sector privado. «Invertir en la naturaleza puede ser rentable», aseguró Leonardo Mazza, de la organización European Environmental Bureau, «pero existen barreras». En su opinión, los rendimientos relativamente bajos, la falta de expertos en capital natural en los bancos y la incertidumbre sobre los resultados disuaden con frecuencia a los inversores privados.
Una posible solución podría ser el uso de nuevos instrumentos de financiación innovadores, que hagan un mejor uso de los fondos públicos —siempre limitados— para captar inversión privada. En febrero, el BEI (Banco Europeo de Inversiones) y la Comisión Europea lanzaron el Mecanismo de financiación del capital natural (NCFF), con el fin de demostrar que las inversiones en capital natural pueden generar beneficios o ahorrar costes, al tiempo que inciden positivamente en la biodiversidad y en los objetivos de adaptación al clima.
Ritva Toivonen, directora general de Tapio Group, presentó un ejemplo de pago por los servicios ecosistémicos. En Finlandia, donde el 70 % del territorio está cubierto por bosques, Tapio Group lanzó en 2008 el programa de biodiversidad forestal METSO, adaptado al mercado. Según este programa, los propietarios de la tierra se comprometen a mantener un control de sus terrenos y, a cambio, se les paga por los servicios ecosistémicos que prestan.
Fuente: Environment for Europeans