Pacto Verde Europeo: la Comisión adopta nuevas propuestas en materia de deforestación, gestión de residuos y suelos.

La Comisión ha adoptado tres nuevas iniciativas necesarias para hacer realidad el Pacto Verde Europeo. La Comisión propone nuevas normas para atajar la deforestación provocada por la UE, así como nuevas normas para facilitar los traslados de residuos dentro de la Unión a fin de promover la economía circular y hacer frente a los retos que plantean los residuos ilegales y la exportación de residuos a terceros países. La Comisión también presenta una nueva estrategia para que todos los suelos europeos se rehabiliten, sean resilientes y estén adecuadamente protegidos de aquí a 2050. Mediante las propuestas de hoy, la Comisión presenta los instrumentos para avanzar hacia una economía circular y proteger la naturaleza, así como para elevar los estándares medioambientales en la Unión Europea y en el mundo.

 

Frans Timmermans, vicepresidente ejecutivo responsable del Pacto Verde Europeo, ha declarado lo siguiente: «Para tener éxito en la lucha mundial contra las crisis climática y de biodiversidad debemos asumir la responsabilidad de actuar tanto en el interior como en el extranjero. Nuestro Reglamento sobre deforestación responde a las peticiones de los ciudadanos de minimizar la contribución europea a la deforestación y promover el consumo sostenible. Nuestras nuevas normas para regular los traslados de residuos impulsarán la economía circular y garantizarán que las exportaciones de residuos no dañen el medio ambiente ni la salud humana en otros lugares. Además, nuestra estrategia en materia de suelo permitirá que el suelo se sane, se use de forma sostenible y goce de la protección jurídica que precisa». 

Virginijus Sinkevičius, comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, ha comentado: «Si esperamos políticas climáticas y medioambientales más ambiciosas de los socios, deberíamos dejar de exportar contaminación y apoyar la deforestación nosotros mismos. Las normas sobre deforestación y traslado de residuos que presentamos son los intentos legislativos más ambiciosos para abordar estas cuestiones en todo el mundo. Mediante estas propuestas, asumimos nuestra responsabilidad y hacemos lo que predicamos, reduciendo nuestro impacto mundial sobre la contaminación y la pérdida de biodiversidad. También presentamos una estrategia pionera de la UE en materia de suelo, con un sólido programa político que se propone concederles el mismo nivel de protección que al agua, el medio marino y la atmósfera».

La Comisión propone un nuevo Reglamento para atajar la deforestación y la degradación forestal provocadas por la UE. Solo entre 1990 y 2020, el mundo ha perdido 420 millones de hectáreas de bosque, una superficie mayor que la Unión Europea. Las nuevas normas propuestas harán que los productos que los ciudadanos de la UE compren, utilicen y consuman en el mercado de la UE no contribuyan a la deforestación mundial y a la degradación forestal. El principal motor de estos procesos es la expansión de las tierras agrícolas ligada a la producción de materias primas como la soja, la carne de vacuno, el aceite de palma, la madera, el cacao y el café, y de algunos de sus productos derivados.

El Reglamento establece normas obligatorias de diligencia debida para las empresas que deseen comercializar estas materias primas en el mercado de la UE con el fin de garantizar que solo se permitan en el mercado de la UE productos legales y que no contribuyan a la deforestación. La Comisión utilizará un sistema de evaluación comparativa para evaluar los países y su nivel de riesgo de deforestación y degradación forestal derivado de las materias primas contempladas en el Reglamento.

La Comisión también intensificará el diálogo con otros grandes países consumidores y se comprometerá multilateralmente a mancomunar esfuerzos. Al promover el consumo de productos que no provocan deforestación y reducir el impacto de la UE en la deforestación y la degradación forestal mundiales, se espera que las nuevas normas reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero y la pérdida de biodiversidad. Por último, la lucha contra la deforestación y la degradación forestal tendrá efectos positivos en las comunidades locales, incluidas las poblaciones más vulnerables, tales como los pueblos indígenas, que dependen en gran medida de los ecosistemas forestales.

En el marco del Reglamento revisado sobre traslados de residuos, la Comisión cumple los objetivos en materia de economía circular y contaminación cero mediante la propuesta de normas más estrictas sobre las exportaciones de residuos, un sistema más eficiente para la circulación de residuos como recurso y una actuación decidida contra el tráfico de residuos. Las exportaciones de residuos a países no pertenecientes a la OCDE se restringirán y solo se autorizarán si los terceros países están dispuestos a recibir determinados residuos y son capaces de gestionarlos de forma sostenible. Los traslados de residuos a países de la OCDE serán objeto de seguimiento y podrán suspenderse si generan graves problemas medioambientales en el país de destino. Con arreglo a la propuesta, todas las empresas de la UE que exporten residuos fuera de la UE deberán velar por que las instalaciones que reciban sus residuos estén sujetas a una auditoría independiente que demuestre que los gestionan de manera respetuosa con el medio ambiente.

Dentro de la UE, la Comisión propone simplificar considerablemente los procedimientos establecidos, facilitando que los residuos vuelvan a entrar en la economía circular, sin rebajar el grado necesario de control. Esto contribuye a reducir la dependencia de la UE de las materias primas originales y sostiene la descarbonización de la industria de la UE para cumplir los objetivos climáticos de esta. Las nuevas normas también llevan los traslados de residuos a la era digital mediante la introducción del intercambio electrónico de documentación.

El Reglamento sobre traslados de residuos refuerza aún más la lucha contra el tráfico de residuos, una de las formas más graves de delincuencia medioambiental, ya que los traslados ilícitos representan potencialmente hasta el 30 % de los traslados de residuos, por valor de 9 500 millones de euros al año. La mejora de la eficiencia y la eficacia del régimen de ejecución incluye la creación de un Grupo de control de la conformidad de los traslados de residuos, capacitar a la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF) para apoyar las investigaciones transnacionales de los Estados miembros de la UE sobre el tráfico de residuos y establecer normas más estrictas en materia de sanciones administrativas.

La Comisión también presenta hoy una nueva estrategia de la UE sobre el suelo, que representa un importante resultado del Pacto Verde Europeo y de la Estrategia de la UE sobre la Biodiversidad para 2030 a fin de hacer frente a la doble crisis climática y de la biodiversidad. Los suelos sanos constituyen la base del 95 % de los alimentos que consumimos, albergan más del 25 % de la biodiversidad del mundo y constituyen el mayor almacén terrestre de carbono del planeta. Sin embargo, el 70 % de los suelos de la UE no se encuentra en buenas condiciones. La estrategia establece un marco con medidas concretas encaminadas a la protección, la rehabilitación y el uso sostenible de los suelos, y propone un conjunto de medidas voluntarias y otras jurídicamente vinculantes. Esta estrategia tiene por objeto aumentar el carbono del suelo en las tierras agrícolas, luchar contra la desertificación, rehabilitar las tierras y suelos degradados y velar por que, de aquí a 2050, todos los ecosistemas del suelo se encuentren en buen estado.

La estrategia pretende lograr el mismo nivel de protección del suelo que los que tienen el agua y el aire en la UE. Para ello, se presentará en 2023 una propuesta de nueva ley sobre la salud del suelo, tras una evaluación de impacto y una amplia consulta a las partes interesadas y a los Estados miembros. La estrategia también moviliza el compromiso social y los recursos financieros necesarios, mancomuna los conocimientos y promueve prácticas de gestión y seguimiento sostenibles del suelo, en apoyo de la ambición de la UE de acción mundial en materia de suelo.

Avalancha normativa a favor del cambio climático: las bases de la transición ecológica

 

Tres años. Ese fue el tiempo que pasó desde uno de los mayores hitos sobre el cambio climático, el Acuerdo de París, hasta otro de los mayores acuerdos aprobados a nivel europeo: el Pacto Verde Europeo. Este fue lanzado a finales de 2019 desde la Comisión Europea estableciendo una hoja de ruta para la transición a una economía de cero emisiones netas que implica cambios profundos en las actividades económicas de las sociedades industriales.

 

 

Dichos cambios no solo dependen de la voluntad de los actores implicados, sino también de la aparición de nuevas normativas que los respalden y que creen un nuevo marco legislativo adaptado a la situación, lo que ha provocado una avalancha normativa tanto a nivel comunitario como nacional. El conjunto de dichas leyes, que a continuación analizaremos, queda recogido en el Anuario 2021: acción climática empresarial en España, nuestro análisis anual realizado en alianza con Ecodes sobre la evolución de la presencia de compañías españolas en los principales movimientos empresariales vinculados con la acción climática.

El documento reconoce la adaptación a las diferentes normativas como una oportunidad para las empresas que apuesten por la sostenibilidad, pudiendo éstas adaptarse con mayor facilidad a los cambios exigidos por ley; y además hace un repaso sobre las principales novedades en la materia durante estos últimos años.

En concreto, se explica cómo a finales de abril de ese año, las instituciones comunitarias alcanzaron un acuerdo sobre la Ley del Clima Europea, que conducirá a la revisión y el endurecimiento de 54 normas comunitarias que involucran sectores como el transporte y movilidad, la energía, la construcción y el comercio internacional.

De hecho, la primera consecuencia de la misma a nivel país ha sido la aprobación de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética en España. Esta ley se propone disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero para el 2030, contando con una disminución de un 39% de emisiones en sectores difusos (movilidad, usos térmicos de edificios, residuos o agricultura); conseguir que las energías renov

ables constituyan al menos un 42% del consumo de energía final; que al menos un 74% de la energía que alimenta al sistema eléctrico provenga de energías renovables y que la eficiencia energética aumente en un 39,5%. Objetivos ambiciosos que alinean al país con las exigencias del Acuerdo de París.

Otra de las novedades que cambiará completamente el esquema económico es la nueva Taxonomía Verde Europea aprobada en junio del 2020. Se trata de un marco que pretende llenar el vacío de información, enviando señales claras a los agentes financieros para que puedan identificar aquellas actividades que son medioambientalmente sostenibles y están alineadas con los objetivos ambientales y los compromisos del Acuerdo de París.

Por su parte, la Directiva de Información no financiera (NFRD) de 2014 de la Unión Europea también pretende dotar de información en materia de gestión medioambiental a los inversores, consumidores y otros grupos de interés. Ésta fue transpuesta en España a través de la Ley en materia de información no financiera y diversidad de 2018, que aumentó el nivel de exigencia, tanto en el ámbito de aplicación (empresas de más de 250 empleados/as) y el requerimiento de mayor concreción en los contenidos de los reportes anuales, como en la exigencia de un proceso de verificación independiente de la información reportada y en su aprobación en la junta general de accionistas. En este punto es preciso referirse a la recientemente aprobada Estrategia de Desarrollo Sostenible, en la que se menciona la futura actualización de esta Ley y que considera hacer frente a la emergencia climática como uno de los retos señalados a nivel país y a los que se prestará especial atención.

Y si hablamos de planes estratégicos, no podemos olvidar el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía (PRTR). Este plan ha sido aprobado por la Comisión Europea este mismo junio y según su presidenta, Ursula von der Leyen, “transformará profundamente la economía española, haciéndola más verde, más digital y más resiliente”. En concreto, se construye sobre 4 ejes que orientan 10 políticas palanca compuestas de 30 componentes. El Anuario 2021 incide en un eje concreto, la transición ecológica, que se traduce en componentes relacionados con políticas que impulsan la transición hacia una economía de cero emisiones netas. Entre las áreas recogidas a impulsar, aquellas que recibirán una mayor inversión son: la movilidad sostenible, la rehabilitación de viviendas en municipios de menos de 5.000 habitantes, la conservación y restauración de ecosistemas, el despliegue de la generación de renovables y la hoja de ruta del hidrógeno verde.

De este modo, España dirige todos sus esfuerzos hacia el logro de una economía neutra en carbono, siguiendo las directrices de la Unión Europea y contribuyendo a posicionar a Europa como un referente en la transformación sostenible.

Fuente: Red Española Pacto Mundial

La Comisión Europea presenta su Ley del Clima y abre una consulta sobre el Pacto Verde

La Comisión Europea presentó el 4 de Marzo una propuesta para consagrar en la legislación el compromiso político de la UE de ser un bloque climáticamente neutro para 2050, a fin de proteger el planeta y la población. La Ley del Clima Europea fija el objetivo para 2050 y la orientación de todas las políticas de la UE, además de ofrecer previsibilidad a las autoridades públicas, las empresas y los ciudadanos. Al mismo tiempo, la Comisión abre una consulta pública sobre el futuro Pacto Europeo sobre el Clima. Mediante esta consulta, la población participará en la formulación conjunta de este instrumento.

La presidenta Ursula von der Leyen ha declarado lo siguiente: «Actuamos ahora para convertir a la UE en el primer continente neutro desde el punto de vista del clima de aquí a 2050. La Ley del Clima es la expresión jurídica de nuestro compromiso político y nos marca irreversiblemente la senda hacia un futuro más sostenible. Es el elemento central del Pacto Verde Europeo. Ofrece previsibilidad y transparencia a la industria y los inversores europeos, orienta nuestra estrategia de crecimiento ecológico y garantiza que la transición será gradual y justa».

El vicepresidente ejecutivo responsable del Pacto Verde Europeo, Frans Timmermans, ha declarado: «Hoy pasamos de las palabras a los hechos a fin de demostrar a los ciudadanos europeos que vamos en serio al perseguir el objetivo de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero de aquí a 2050. La Ley del Clima Europea es también un mensaje a nuestros socios internacionales de que este es el año en que juntos tenemos que aumentar nuestro nivel de ambición a escala mundial para alcanzar nuestros objetivos comunes en virtud del Acuerdo de París. La Ley del Clima garantizará que sigamos centrados y disciplinados, permanezcamos en el buen camino y rindamos cuentas por los resultados.»

Mediante la Ley del Clima Europea, la Comisión propone un objetivo jurídicamente vinculante de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero de aquí a 2050. Las instituciones de la UE y los Estados miembros están colectivamente obligados a adoptar las medidas necesarias a nivel nacional y de la UE para alcanzar el objetivo.

La Ley de Clima incluye medidas para hacer un seguimiento de los avances y ajustar nuestras acciones en consecuencia, sobre la base de los sistemas existentes, tales como el proceso de gobernanza para los planes nacionales de los Estados miembros en materia de energía y clima, los informes periódicos de la Agencia Europea de Medio Ambiente y los últimos datos científicos sobre el cambio climático y sus repercusiones. Cada cinco años se examinarán los progresos registrados, en consonancia con el balance mundial del Acuerdo de París.

La Ley del Clima también aborda el camino a seguir para alcanzar el objetivo de 2050.

  • Sobre la base de una evaluación de impacto exhaustiva, la Comisión propondrá un nuevo objetivo de la UE de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030. La Ley del Clima se modificará una vez que se haya concluido la evaluación de impacto.
  • A más tardar en junio de 2021, la Comisión revisará, y en su caso propondrá revisar, todos los instrumentos políticos pertinentes para lograr las reducciones adicionales de las emisiones para 2030.
  • La Comisión propone que se establezca una trayectoria de 2030-2050 a escala de la UE para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, medir los progresos y ofrecer previsibilidad a las autoridades públicas, las empresas y los ciudadanos.
  • A más tardar en septiembre de 2023, y posteriormente cada cinco años, la Comisión evaluará la coherencia de las medidas nacionales y de la UE con el objetivo de neutralidad climática y la trayectoria de 2030-2050.
  • La Comisión estará facultada para emitir recomendaciones a los Estados miembros cuyas actuaciones no sean coherentes con el objetivo de neutralidad climática, y los Estados miembros estarán obligados a seguirlas o a justificar el motivo de no haberlo hecho. La Comisión también podrá revisar la idoneidad de la trayectoria y las medidas a escala de la Unión
  • También se exigirá a los Estados miembros que formulen y apliquen estrategias de adaptación para reforzar la resiliencia y reducir la vulnerabilidad ante los efectos del cambio climático.

 

Configuración del Pacto Europeo sobre el Clima y de las futuras políticas correspondientes

Junto con las políticas y la reglamentación gubernamentales, todos los sectores de la sociedad y la economía deben desempeñar un papel en la transición hacia una Unión Europea climáticamente neutra.

Por ello, la Comisión pone en marcha hoy una consulta pública sobre un nuevo Pacto Europeo sobre el Clima, una amplia iniciativa encaminada a que los ciudadanos y las partes interesadas se hagan oír y participen en la formulación de nuevas acciones por el clima, el intercambio de información, la puesta en marcha de actividades de base y la presentación de soluciones que otros puedan seguir.

La consulta tendrá una duración de doce semanas. Las respuestas se utilizarán en la formulación del Pacto sobre el Clima, que se pondrá en marcha antes de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se celebrará en Glasgow en noviembre de 2020 (CP26).

La Comisión ha empezado oficialmente hoy esta labor mediante la publicación de las evaluaciones iniciales de impacto sobre el futuro mecanismo de ajuste en frontera de las emisiones de carbono y la revisión de la Directiva sobre fiscalidad de la energía, dos de los otros instrumentos políticos importantes en el marco del Pacto Verde Europeo. Además, el Colegio de Comisarios ha adoptado una propuesta para designar 2021 como Año Europeo del Ferrocarril a fin de destacar las ventajas para el clima de un mayor uso de la red ferroviaria por parte de los pasajeros y las mercancías.

Contexto

La ambición de la UE de convertirse en el primer bloque climáticamente neutro de aquí a 2050 constituye el elemento central del Pacto Verde Europeo presentado por la Comisión Von der Leyen el 11 de diciembre de 2019.

En primer lugar, la Comisión estableció su su visión de una UE climáticamente neutra para 2050 en noviembre de 2018, en consonancia con el objetivo del Acuerdo de París de mantener el aumento de la temperatura mundial por debajo de 2 °C y esforzarse por mantenerlo en 1,5 °C. El Parlamento Europeo aprobó el objetivo de la UE de alcanzar el objetivo de cero emisiones de gases de efecto invernadero el 14 de marzo de 2019. El 12 de diciembre de 2019, el Consejo Europeo aprobó el objetivo de una UE climáticamente neutra para 2050.

Fuente: European Commission

El Pacto Verde Europeo establece cómo hacer de Europa el primer continente climáticamente neutro en 2050, impulsando la economía, mejorando la salud y la calidad de vida de los ciudadanos

 

La Comisión Europea ha presentado ante el Pleno del Parlamento Europeo (11/12/2019) el Pacto Verde Europeo, una hoja de ruta para hacer que la economía de la UE sea sostenible transformando los retos en materia de clima y medio ambiente en oportunidades en todas las áreas de actuación y haciendo que la transición sea justa e integradora para todos.
La presidenta Ursula von der Leyen,  ha declarado :  «El Pacto Verde Europeo es nuestra
nueva estrategia de crecimiento, un crecimiento que aporta más de lo que consume. Muestra cómo
transformar nuestro modo de vivir y trabajar, de producir y consumir, para que vivamos de forma más
sana y nuestras empresas sean innovadoras. Todos podemos participar en la transición y todos
podemos aprovechar las oportunidades que brinda. Si somos los primeros en dar este paso y si lo
hacemos con premura, contribuiremos a que nuestra economía sea líder mundial. Vamos a poner todo
nuestro empeño en lograrlo, por el bien del planeta y de la vida que sustenta, por el patrimonio natural
de Europa, por la biodiversidad, por nuestros bosques y por nuestros mares. Si demostramos al resto
del mundo cómo ser sostenible y competitivo, podemos convencer a otros países para que se nos
unan».

El vicepresidente ejecutivo Frans Timmermans,  ha añadido lo siguiente: «Estamos en situación de
emergencia climática y medioambiental. El Pacto Verde Europeo representa una oportunidad para
mejorar la salud y el bienestar de nuestros ciudadanos mediante la transformación de nuestro modelo
económico. Nuestro plan define los medios para reducir las emisiones, restablecer la salud de nuestro
medio ambiente, proteger a nuestra fauna silvestre, crear nuevas oportunidades económicas y mejorar
la calidad de vida de nuestros ciudadanos. La contribución de todos y cada uno de nosotros es
importante; todos los países y sectores se verán afectados por esta transformación. Por otra parte,
nuestra responsabilidad consiste en garantizar que esta transición sea solo eso, una transición, y que
nadie se quede atrás en la ejecución del Pacto Verde Europeo».

El Pacto Verde Europeo incorpora una hoja de ruta con una serie de actuaciones para impulsar el
uso eficiente de los recursos mediante el paso a una economía limpia y circular y detener el cambio
climático, revertir la pérdida de biodiversidad y reducir la contaminación. Describe las inversiones
necesarias y los instrumentos de financiación disponibles, y explica cómo garantizar una transición
justa e integradora.

El Pacto Verde Europeo abarca todos los sectores de la economía, especialmente los del transporte,
la energía, la agricultura, los edificios y las industrias, como las de la siderurgia, el cemento, las TIC,
los textiles y los productos químicos.

Para transformar en legislación la ambición política de ser el primer continente climáticamente neutro
en 2050, la Comisión presentará en un plazo de 100 días la primera «Ley del Clima Europea». Para
materializar nuestra ambición en materia de clima y medio ambiente, la Comisión también presentará
la Estrategia sobre Biodiversidad para 2030, la nueva Estrategia Industrial, el Plan de Acción de la
Economía Circular, la Estrategia «de la granja a la mesa» de alimentación sostenible y propuestas para
una Europa sin contaminación. Comenzarán de inmediato los trabajos para endurecer los objetivos de
emisiones de Europa para 2030 y se fijará una senda realista hacia el objetivo de 2050.

La consecución de los objetivos del Pacto Verde Europeo exigirá una inversión significativa. Se
calcula que cumplir los objetivos actuales en materia de clima y energía para 2030 requerirá 260 000
millones EUR de inversión anual adicional, lo que representa aproximadamente el 1,5 % del PIB de
2018. Para ello habrá que movilizar a los sectores público y privado. La Comisión presentará a
principios de 2020 el Plan de Inversiones para una Europa Sostenible con el fin de contribuir a alcanzar
las necesidades de inversión. Al menos el 25 % del presupuesto de la UE a largo plazo deberá
dedicarse a la acción por el clima, y el Banco Europeo de Inversiones, que es el banco climático
europeo, ofrecerá apoyo adicional. Para que el sector privado contribuya a financiar la transición
ecológica, la Comisión presentará la Estrategia de Financiación Ecológica en 2020.

La lucha contra el cambio climático y la degradación del medio ambiente es un reto común, pero no
todas las regiones y los Estados miembros parten de la misma situación. El Mecanismo para una
Transición Justa apoyará a las regiones que dependen en gran medida de actividades con un uso
muy intensivo de carbono. Ayudará a los ciudadanos más vulnerables en la transición, facilitando el
acceso a programas de reciclaje profesional y oportunidades de empleo en nuevos sectores
económicos.

En marzo de 2020, la Comisión pondrá en marcha el «Pacto por el Clima» para dar voz y cometido a
los ciudadanos en el diseño de nuevas acciones, la difusión de información, el comienzo de iniciativas
de base y la presentación de soluciones que otros puedan repetir.

Los retos mundiales del cambio climático y la degradación del medio ambiente reclaman una
respuesta mundial. La UE seguirá promoviendo sus objetivos y estándares medioambientales en las
conferencias de las Naciones Unidas sobre biodiversidad y clima y reforzará su diplomacia verde. El G7,
el G20, las conferencias internacionales y las relaciones bilaterales servirán para convencer a los
demás para que redoblen sus esfuerzos. La UE también utilizará la política comercial para garantizar la
sostenibilidad y establecerá asociaciones con los vecinos de los Balcanes y de África para ayudarlos en
sus propias transiciones.

Próximas etapas

La Comisión solicita al Parlamento Europeo y al Consejo Europeo que refrenden la ambiciosa visión de
la Comisión para la economía y el medio ambiente futuros de Europa y que ayuden a hacerla realidad.
La Comisión propondrá las medidas anunciadas en la hoja de ruta del Pacto Verde Europeo.

Contexto

El cambio climático y la degradación del medio ambiente representan una amenaza existencial para
Europa y el mundo. Para superar este reto, Europa necesita una nueva estrategia de crecimiento que
transforme la Unión en una economía moderna, eficiente en el uso de los recursos y competitiva, en la
que no existan emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2050, en la que el crecimiento
económico no dependa del uso de recursos y en la que no se desatienda a ningún ciudadano o región.

La Unión Europea ya cuenta con un historial sólido de reducción de sus emisiones de gases de efecto
invernadero manteniendo el crecimiento económico. Entre 1990 y 2018, las emisiones bajaron un
23 %, mientras que el PIB de la Unión creció un 61 % en el mismo período. Sin embargo, aún queda
mucho por hacer. Dada su vasta experiencia, la UE está a la vanguardia en la creación de una
economía verde e integradora.

La Comunicación sobre el Pacto Verde fija la línea de actuación en los próximos meses y años. La labor
que desarrollará la Comisión se guiará por las exigencias públicas de actuación y por los datos
científicos de carácter incuestionable, contrastados de manera exhaustiva por el Grupo
Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), la Plataforma Intergubernamental
Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), el Panorama de
los Recursos Globales (Global Resources Outlook) y los informes de estado y perspectivas de 2019 de
la Agencia Europea de Medio Ambiente. Nuestras propuestas se basarán en datos contrastados e irán
avaladas por consultas de amplio calado.

Una mayoría abrumadora de los europeos considera que la protección del medio ambiente es
importante (95 %). Casi 8 de cada 10 europeos (77 %) afirma que la protección del medio ambiente
puede impulsar el crecimiento económico. Los resultados de la encuesta del Eurobarómetro relativa a
las actitudes de los ciudadanos de la UE respecto al medio ambiente confirman el amplio respaldo
público a la legislación medioambiental a nivel de la UE y a la financiación de la UE para actividades
respetuosas con el medio ambiente.

Fuente: European Commission

El Parlamento Europeo aprueba la nueva Comisión Europea, con el clima como bandera

Comisión von der Leyen (2019-2024)   
Comisión von der Leyen (2019-2024)

El pleno del Parlamento Europeo aprobó el 27 de noviembre a la Comisión Europea por 461 votos a favor, 157 en contra y 89 abstenciones. El equipo liderado por la alemana Ursula von der Leyen podrá iniciar su mandato de cinco años, hasta 2024, el próximo 1 de diciembre.

«Si hacemos bien nuestro trabajo, Europa en 2050 será el primer continente del mundo en ser neutral en carbono, será una potencia superior en el sector digital, será la economía que mejor logre encontrar el equilibrio entre el mercado y el aspecto social… La tarea no es fácil, pero juntos podemos hacerlo», señaló von der Leyen al presentar a su equipo y su programa de trabajo ante el pleno.

La votación se celebró después de la intervención de von der Leyen y de un debate con los eurodiputados. Para salir adelante, la Comisión Europea necesitaba lograr un respaldo de al menos una mayoría simple de los votos emitidos. La votación fue nominal y electrónica.

Legitimidad democrática

Con este último paso se cierra el minucioso proceso de evaluación del colegio de comisarios por parte del Parlamento, que sometió a cada candidato a audiencias públicas individuales, entre septiembre y noviembre. Este procedimiento tiene por objetivo garantizar la idoneidad de los comisarios para sus puestos y que el organismo ejecutivo de la UE tenga la legitimidad democrática necesaria para actuar en interés de los europeos.

Los eurodiputados eligieron a Ursula von der Leyen como presidenta de la Comisión en julio.

Retraso por la retirada de candidatos

El voto final de aprobación de la Comisión en su conjunto estuvo previsto en un primer momento para el pleno del 23 de octubre, pero el rechazo por parte del Parlamento de tres de los candidatos inicialmente presentado por von der Leyen y su consiguiente retirada y sustitución obligaron a retrasar la decisión.

La comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento Europeo identificó conflictos de intereses en los casos de László Trócsányi (Hungría) y Rovana Plumb (Rumanía), mientras que Sylvie Goulard (Francia) no recibió el apoyo de las comisiones parlamentarias de Mercado Interior y de Industria para encargarse de la cartera de Mercado Interior.

Olivér Várhelyi (Hungría), Adina-Ioana Vălean (Rumanía) y Thierry Breton (Francia) fueron propuestos como reemplazo y finalmente superaron el escrutinio del Parlamento.

El 21 de noviembre, los líderes de los grupos políticos y el presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, dieron por concluido el proceso de evaluación y acordaron que la votación final para dar luz verde a la nueva Comisión podía celebrarse en la siguiente sesión plenaria.

Fuente: Parlamento Europeo

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